Prólogo- La Ninfa


         Soñé con una niña en medio de un bosque, era una niña pequeña, no más de seis años de edad, pero era bastante alta, o eso me pareció. Su cabello largo y ondulado era similar al carbón, y su pequeña carita era toda ojos, tan grandes y azules como el mismo mar de playa.

         Tenía la piel tan blanca que parecía etérea, a veces estaba casi segura de que podía ver a través de ella, aunque resplandecía con un brillo que llegaba a molestar a la vista. Era como un ángel o un hada de los bosques en medio de tanta naturaleza. A pesar de su hermosura, tan tierna y al mismo tiempo poderosa, no logré contener la pregunta que brotaba desde mi garganta:

         -¿Quién eres?- le susurré.

         -Soy Drelia.- respondió ella ofreciéndome su manita- Ven conmigo y te mostraré lo que buscas.-

         Tomé su mano y la seguí hasta un claro, ella me soltó y fue hacia un rayo de luz que se colaba entre los árboles. Entonces observé con sorpresa cómo la niña se volvía mujer frente a mis ojos. Todos sus rasgos parecían iguales solo que un poco más maduros. Lo único realmente diferente era su mirada, ahora era mucho más peligrosa, aunque aún se vislumbraba en ella algo de la ternura de antes:

         -Yo soy la ninfa, yo soy lo que buscas- dijo ella antes de desvanecerse, dejándome con mis dudas.



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